El día 28 de noviembre pasado, en un emotivo acto celebrado en el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), se llevó a cabo la presentación del libro de Yolanda Veguilla, que lleva por nombre el sugestivo título Ave Fénix rumbo a Wall Street y que ha sido editado por ExLibric.
Definir a Yolanda Veguilla es una empresa harto difícil, pero, sobre todo, podríamos afirmar que, además de emprendedora, es una mujer especialmente valiente y poseedora de una gran resiliencia, lo que le permitió resurgir de las cenizas en los momentos más complicados.
Ave Fénix rumbo a Wall Street es una novela autobiográfica en la que Yolanda narra su vida, ciertamente cruda y llena de momentos dolorosos, pero que constituye un excelente aprendizaje para todas aquellas mujeres que sufren maltrato doméstico y no encuentran ninguna salida.
Una vez superada su terrible experiencia, gracias a la escritura de su libro –que le ayudó como terapia de sanación– y al trading (compra-venta de instrumentos financienros), decidió comprometerse seriamente con la causa del maltrato a la mujer y a los niños, consistiendo su lucha en concienciar a la sociedad del problema de esa lacra que nos corroe y por la que hay que educar desde todos los ámbitos para su erradicación, explicando a la juventud las primeras señales del maltrato para alertarlos.
Por tal motivo, todos los fondos que se recauden con la venta de su libro serán donados a diversas instituciones que se dedican a socorrer a las víctimas de violencia de género y maltrato infantil.
La obra de Yolanda es un relato que se convierte en una fuente inspiradora para recapacitar sobre el terrible flagelo social del maltrato, que afecta a un importante número de mujeres, tanto en España como a nivel mundial, aunque permanezca oculto en la mayoría de los casos.
Por tal razón, es nuestra intención compartir los aspectos más relevantes de Yolanda Veguilla y hablar del contenido de su libro, el cual, con toda seguridad, alcanzará un gran éxito.
El perfil del maltratador
La autora de Ave Fénix rumbo a Wall Street cuenta cómo, a lo largo de muchos años, estuvo sometida al maltrato físico y psicológico que la hizo presa del miedo y perder su autoestima. A través de la narración, describe el perfil de este tipo de individuos que, mediante estrategias que les permiten autoafirmarse, someten a sus parejas.
Así, observamos que un maltratador no es detectable desde el principio. Es un proceso que comienza de forma sutil, a través de mecanismos de control emocional entre los que destaca el chantaje.
Poco a poco el maltratador va logrando que la víctima se sienta culpable y pierda seguridad en sí misma, al tiempo que la aísla de sus familiares y amigos para que no tenga ningún asidero.
Finalmente, el maltratador saca sus garras y se convierte en un energúmeno autoritario e intransigente al que no se le puede contradecir porque siempre tiene la razón y que, llegado el caso, puede agredir físicamente. A estas alturas ya la víctima se encuentra anulada como persona y en un túnel sin salida.
Una de las principales debilidades de la mujer frente a un maltratador es su indefensión económica, ya que la sociedad, por su diseño, coloca al sexo femenino en condiciones de inferioridad. Mayoritariamente las mujeres se desempeñan en profesiones peor remuneradas y, generalmente, perciben un salario inferior por un trabajo similar.
El trabajo como puerta de salida del maltrato
A través de los conocimientos que logró sobre el trading, comenzó a adentrarse en el mundo de las operaciones bursátiles para transformarse en una mujer empoderada, capaz de tomar sus propias decisiones y comenzar una nueva vida. De esta manera perdió el miedo y pudo dirigirse por un nuevo camino, con una renovada visión positiva.Según narra Yolanda, el trading fue su tabla de salvación ya que no solo le permitió generar ingresos, sino que le devolvió la confianza que había perdido en sí misma, al darse cuenta de que era capaz de desenvolverse de una forma efectiva en esta actividad.
Desde aquel entonces, el trading bursátil se convirtió en una de las pasiones de Yolanda Veguilla, quien confiesa que es la segunda en prioridad después de sus hijos y, por esta razón, también se dedica a dar cursos como directora sobre la materia desde orderflowtrade.com
Yolanda describe su proceso de transmutación a través de la metáfora del ave Fénix, que en diversas culturas se identifica con la resurrección. Mitológicamente, el ave Fénix es un pájaro que le prende fuego a su propio nido para luego renacer de sus cenizas con un plumaje más hermoso y con nuevas fuerzas para volar más alto.
Dicen que cuando pasamos por una experiencia traumática muy fuerte, una parte de nosotros muere y se quema irremediablemente. Pero el ser humano tiene una poderosa fuerza interna, de la que no es consciente y, al igual que sucede con el ave Fénix, ésta le permite renacer a partir de sus propias cenizas.
La autora afirma que escribir su libro equivalió a realizar una terapia de sanación, lo que se puede interpretar como una revisión de los acontecimientos para evaluar la experiencia y concienciarse de las causas que los propiciaron, lo cual permite reflexionar y asimilar racionalmente lo sucedido.
Compartir la experiencia para ayudar a otras mujeres
A través de este testimonio se hace posible transmitir el conocimiento adquirido a otras mujeres que puedan estar viviendo las mismas circunstancias o que aún estén a tiempo de evitarlas.
Sabido es que el pasado, aunque haya sido terrible, es un hecho irreversible del que siempre se conservará la huella. Por eso el perdón es una parte primordial y necesaria para aliviar la carga del alma, lo que permite renacer y comenzar una nueva vida.
Yolanda Veguilla tiene una fe inquebrantable en que, así como lo hizo ella, otras mujeres puedan empoderarse a través de herramientas que les permitan liberarse y superar las circunstancias negativas a las que puedan estar siendo sometidas.
Según el mensaje que nos deja la autora en su obra, cualquier mujer víctima de la violencia de género tiene el poder de romper las cadenas y convertirse en ave Fénix.
