Lesiones deportivas: las rodillas como grandes perjudicadas

La práctica del deporte se ha popularizado de tal manera que cualquiera de nosotros realiza alguna actividad física. Sin embargo, este aumento de la afición por la práctica del deporte, lleva un aumento del número de lesiones. Ya sea por sobreesfuerzo o por cualquier problema originado durante un entrenamiento, es muy habitual una lesión muy típica, en todo deportista, aquellas en las que intervienen las rodillas. El Dr. Miguel Romero, traumatólogo de rodilla en Bilbao, se manifiesta en los siguientes términos:





«Por desgracia, las lesiones de rodilla cómo una luxación de rotula o una lesión de ligamento cruzado son bastante frecuentes en personas con una vida deportiva activa, ante estas situaciones lo mejor es la prevención y las buenas prácticas médicas».

La prevención a la hora de evitar lesiones de rodilla

Ninguno de nosotros estamos a salvo de no lesionarnos, pero basta poner en marcha algunas rutinas para evitar aumentar las posibilidades de sufrir problemas. En primer lugar, hay que resaltar que muchas personas en edad adulta se han animado a practicar deporte. Un ejemplo muy claro lo tenemos en quienes salen a correr. Querer progresar más rápido de lo debido es causa frecuente de lesiones en las rodillas.

También entrenar más de lo debido y no respetar los tiempos de descanso. Finalmente, también es destacable que deseamos avanzar en nuestro deporte, pero quizás nuestra condición física no es la más adecuada. Es el caso de aquellas personas que salen a correr y tienen sobrepeso. Están castigando la articulación de la rodilla, produciendo un efecto devastador en ellas.

Por esa razón, es muy aconsejable contar con la figura de un preparador físico que nos guíe durante todo el proceso de práctica deportiva. Para muchos puede parecer algo exagerado, pero estos profesionales nos ayudan a entrenar de una forma correcta, evitando, en todo momento, situaciones que puedan derivar en lesiones. Si por cualquier causa, un preparador físico es algo que no nos podemos permitir, conviene hacer caso de una serie de consejos de puro sentido común.

Quizás el más evidente es elegir un deporte que esté acorde a nuestra edad y condición física. No es lo mismo comenzar a jugar al fútbol cuando ya se tiene 40 años que realizar senderismo. Cualquier práctica deportiva debe acompañarse en primer lugar por tener un peso adecuado, ya que, como hemos comentado, el sobrepeso siempre aumenta las posibilidades de sufrir problemas en las rodillas. Sufrirán un desgaste enorme si nos rebajamos el peso antes de comenzar a practicar deporte.

De la misma manera, antes de comenzar cualquier práctica deportiva, es imprescindible realizar una rutina de calentamiento. De esta forma, el cuerpo se va a ir preparando para la actividad física y es bastante menos probable que exista algún problema.

Saber cuál es tu punto de partida

Es necesario ser conscientes de nuestra condición física, y también partir de la base de que la edad es algo que puede ir en nuestra contra. Sin embargo, esto no debe ser un inconveniente para que realicemos actividad física. Lo que no podemos pretender es rendir al mismo nivel que una persona bastante más joven. Tomando esto como punto de partida, tendremos muy claro que en la práctica de cualquier deporte debe ser un motivo de satisfacción personal, no una forma de tratar de machacar marcas ni de batir récords.

Por supuesto, si abordamos la práctica de un deporte ya edad adulta, no podemos pensar que hemos recuperar el tiempo perdido. Ten presente tu punto de partida y ten muy claro cuáles son tus límites. De lo contrario, estarás cometiendo un error de principiante. Por ejemplo, es muy habitual el sobreentrenamiento, que tiene un efecto devastador en nuestro organismo, y especialmente, en las rodillas.

Ante cualquier tipo de problema, la visita al traumatólogo debe ser algo innegociable. Si dejamos una lesión sin tratar, pensando que se puede curar sola, estamos cometiendo un grave error. Incluso, podría incapacitarnos para la práctica de deporte, si no es debidamente tratada. Los profesionales de la medicina dentro del área de traumatología podrán darte el tratamiento adecuado para que puedas recuperar la salud, y posteriormente, puedas volver a entrenar y practicas deporte.

El deporte siempre es motivo de satisfacción, pero debemos tener muy claro que conservar la salud es lo primero. Las diferentes patologías de rodilla y de la musculatura implicada pueden llegar a ser bastante complejas de curar. Por tanto, no merece la pena cometer ninguna locura practicando deporte y tener siempre presente que una lesión de estas características requiere un tratamiento muy específico.

Así que, ten muy claro que la práctica de cualquier deporte puede llevar aparejadas lesiones en la articulación de la rodilla. Si se da el caso, ponte en manos de un traumatólogo para minimizar los efectos de esa lesión y volver a estar en plenitud de forma en un tiempo razonable.

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