Seductor y atrevido: la conquista mundial del Tango

Las calles de Buenos Aires son el testimonio viviente de cómo se fusionaron las costumbres africanas y europeas para dar origen a un baile cautivador y seductor, que finalmente se erigiría como joya de la identidad nacional.

A inicios del siglo XX, los habitantes acaudalados de Buenos Aires, quienes frecuentaban los barrios portuarios junto al Río de la Plata en busca de vida nocturna, se encontraron con una danza que nunca antes habían presenciado.





Dos bailarines, con sus cuerpos estrechamente unidos desde la mejilla hasta el torso, y el brazo del líder rodeando la cintura de su pareja, se embarcaban en pasos complicados, sinuosos pero tajantes, con giros teatrales seguidos de un parón repentinamente provocativo, dando pie a una secuencia similar de movimientos.

Pronto se difundió la noticia sobre este baile, al que la gente empezó a llamar tango.

Acompañado por el sonido melancólico del bandoneón , similar a un acordeón, reflejaba tristeza, pasión y, para sorpresa de muchos, sensualidad. Para los argentinos de alta cuna, acostumbrados a la formalidad educada del vals, este desvío del decoro resultaba aún más chocante debido a sus raíces de clase baja.

Leopoldo Lugones , un prominente intelectual y escritor argentino, describió la danza como un «reptil de burdel».

Primer tango en París

Lo que la burguesía argentina despreciaba, sin embargo, era acogido con entusiasmo por la sociedad elegante al otro lado del globo en París . El baile apasionado y sensual irrumpió en los cabarets de Montmartre, y entre 1911 y 1914, la capital francesa sucumbió a la tangomanía.

París se convirtió en la primera capital del tango, su punto de lanzamiento hacia la fama internacional. Allí se grabaron los primeros discos de tango y se abrieron las primeras academias.

En su libro The Memory of the Modern, el historiador Matt K. Matsuda describe su atractivo como «un anhelo de las energías del renacimiento en un viejo mundo en decadencia».

Primer tango en París
«El Tango», una ilustración de principios del siglo XX de Georges Barbier, cuando el baile conquistó Paris.

También había una fascinación por lo diferente y lo exótico. Un reglamento francés requería que los músicos de tango extranjeros actuasen con trajes típicos, que en el caso de Argentina eran atuendos de gaucho que emocionaban al público.

Al principio, observando la fascinación francesa por lo que se consideraba «su» baile, la élite argentina se mantuvo firme. Así lo declaraba el periódico La Nación en 1913:

Aceptar [al tango] como nuestro, porque así lo etiquetaron en París, sería caer en el servilismo más despreciable.

Pero cuatro años después, en las escuelas de baile y prostíbulos de Buenos Aires, la joven élite estaba aprendiendo el tango a medida que la danza comenzaba a difundirse por todo el país.

Se necesitan dos para el tango

Los orígenes del tango se remontan a finales del siglo XIX, cuando la prospera economía agrícola de Argentina atrajo a unos siete millones de inmigrantes entre 1870 y 1930. Muchos de estos inmigrantes procedían de España e Italia, pero también de Europa central y oriental.

En las orillas del Río de la Plata, no solo en Buenos Aires sino también en Montevideo, Uruguay, las danzas españolas habaneras con influencia cubana se encontraron con el vals vienés, el tango andaluz (una mezcla temprana de tango y flamenco) y danzas folclóricas de Europa Central, como la polca y la mazurca . Estos ritmos y sonidos se mezclaron con la milonga, una forma de danza popular afroargentina relacionada con el candombe, una fusión local de varias tradiciones africanas.

Se necesitan dos para el tango
Varias parejas de hombres bailan el tango en el Río de la Plata. El baile entre hombres y la inversión de roles, fue una característica del tango desde sus inicios, lo que ha dado lugar a opiniones diversas sobre las razones.

El historiador Simon Collier , en su libro Tango, cita la primera descripción de la danza en 1877, cuando se vio a los argentinos de ascendencia africana realizando una improvisación del candombe al que llamaron tango, en la que las parejas bailaban separadas. Como cuenta Collier, grupos de compadritos pobres, los hipsters de las calles de Buenos Aires, frecuentaban lugares de baile afroargentinos, llevaban la danza de vuelta a sus barrios desvencijados y la incorporaban a la milonga .

Fue en estos escenarios donde comenzaron a surgir los primeros pasos de una danza de parejas entrelazadas. Combinaba los cortes y las rupturas de las danzas africanas, especialmente el candombe, con danzas importadas de Europa.

Los compadritos , compuestos por inmigrantes y gauchos nativos desempleados, o trabajadores de ranchos, luchaban por encontrar trabajo en medio de la dislocación social. La mayoría de los inmigrantes eran hombres, lo que significaba que la competencia por la compañía femenina era feroz. El tango nació en medio de este caos y dificultades, expresando una búsqueda frustrada de amor, una nostalgia por el pasado y la pérdida de orgullo y honor. El poeta Enrique Santos Discépolo definió al tango como un «pensamiento triste que se baila».

orígenes del tango
Suárez y Necochea, esquina histórica del barrio de La Boca, asociada con los orígenes del tango, en la que se concentraron varios de los cafés tangueros de principios del siglo XX.

Sonidos de la danza

Inicialmente, los músicos tocaban el tango con guitarra, violín y flauta, junto con un piano, cuando estaba disponible. A principios del siglo XX, la flauta fue reemplazada por el bandoneón, que los inmigrantes alemanes habían llevado a Argentina alrededor de 1835. Este instrumento le daría a la danza su sonido característico.

A medida que el tango comenzó a arraigarse más ampliamente en Argentina, las letras se convirtieron en una parte fundamental de las canciones. Los temas de estas primeras obras variaban desde la luz y el humor hasta la oscuridad y la violencia. Otros temas incluían la ciudad de Buenos Aires y el propio tango.

Sonidos de la danza
El célebre Sexteto de Julio de Caro, revolucionó el tango y creó todo un nuevo sonido para que se volvería clásico.

Los historiadores a menudo atribuyen el inicio de la canción de tango a «Mi noche triste» de Carlos Gardel de 1917, el primer tango vocal grabado. Gardel pudo haber sido francés o uruguayo (su origen es muy discutido). Cualquiera que sea su lugar de nacimiento, se mudó a Buenos Aires cuando era niño y creció en una pensión con su madre pobre y soltera. Comenzó interpretando el repertorio criollo, el de los nativos descendientes de los colonizadores españoles, antes de dedicarse al tango. Con su característica intensidad emocional, popularizó e internacionalizó el género.

Para la década de 1920, el tango se podía escuchar en la radio, en discos y en películas. Junto a Gardel, la mayoría de los cantantes populares eran hombres, como Agustín Magaldi e Ignacio Corsini . Pero las cantantes mujeres también se hicieron bastante famosas. Vocalistas como Azucena Maizani y Libertad Lamarque se convirtieron en estrellas de cine en las décadas de 1930 y 1940 con la llegada del cine sonoro.

A partir de 1925, las orquestas de Julio de Caro, Roberto Firpo y Osvaldo Fresedo llenaron los salones de baile de Buenos Aires y otras ciudades de Argentina, así como de Montevideo, anunciando la época dorada del tango en la región, que duró hasta mediados de 1950.

bailar un tango
En todo el mundo, «bailar un tango» es sinónimo de seducción. Un arte complejo construido desde la danza.

Como danza, el tango de los salones reflejaba su influencia parisina. Adoptado por la alta sociedad europea, el baile se suavizó a medida que fue más ampliamente aceptado, como el vals o la polca, perdiendo su borde de agresividad compadrita.

Llegada a América

Fue esta versión europeizada del tango la que llegó a Estados Unidos. Los artistas Vernon e Irene Castle presentaron la danza al público de Nueva York en el musical de Broadway de 1913, The Sunshine Girl.

No pasó mucho tiempo para que se notara: «Todo Nueva York ahora gira locamente en el tango», decía el titular del New York Times el 1 de enero de 1914. Otras figuras clave en la historia del tango estadounidense fueron el galán de Hollywood Rudolph Valentino , el profesor de baile de salón y empresario Arthur Murray , y el director de orquesta Xavier Cugat .

Aunque la popularidad del tango decayó en los Estados Unidos con la llegada del rock and roll en la década de 1950, en Argentina recibió un nuevo golpe en 1955 con el derrocamiento militar del presidente Juan Perón . El nuevo régimen prohibió las grandes reuniones públicas, que incluían bailes. Fue «el principio del fin de la edad de oro del tango», según Morgan Luker, profesor de música en Reed College y autor de The Tango Machine: Musical Culture in the Age of Expedience.

Campeonato Mundial de Baile de Tango
Campeonato Mundial de Baile de Tango. Se realiza en agosto anualmente en Buenos Aires y se compite en dos categorías: tango escenario (izquierda) y tango de pista (derecha).

Después de la edad de oro, la música del tango continuó evolucionando hacia una forma conocida como tango nuevo, una fusión del tango tradicional con el arte, la música y el jazz occidentales, liderada de manera más famosa por el bandoneonista Astor Piazzolla .

Desde principios del siglo XXI, la música de tango ha florecido en Argentina y algunos artistas describen el momento actual como una nueva era dorada, dice Luker. «Especialmente, el baile es muy vibrante hoy en día», agrega, no solo en Argentina, sino también en todo el mundo, «dondequiera que haya una escena de baile, habrá tango».

En 2009, en reconocimiento a la danza como una forma de arte de la región del Río de la Plata de Argentina y Uruguay que es fundamental para su identidad, la UNESCO declaró al tango Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

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