Los hábitos deportivo y alimentario deben ir al compás para poseer una buena salud

La célebre frase ‘mente sana, en cuerpo sano’ debería añadir, también, ‘a través de una adecuada alimentación’, ya que es el tercer pilar que determina los hábitos saludables de una persona. Así pues, equilibrar una buena tabla de ejercicios, acorde con la edad y las características físicas de la persona, tener una excelente dieta y poseer una estabilidad emocional, son parámetros fundamentales de salud.





Equilibrio, ahí es donde reside la virtud. Cuando se piensa en trabajar unos buenos hábitos de vida para proteger la salud, normalmente, se hace por dos razones fundamentales: por prescripción de un especialista o, en el mejor de los casos, porque se decide actuar y antecederse a problemas futuros. Después, también existen aquellas personas que jamás han dejado de cultivar estos hábitos, pero son las que menos. Lo importante, sobre todo, es concienciación, mesura y constancia, no vale recurrir al ejercicio físico y a las dietas temporales para cumplir con un objetivo a corto y medio plazo, lo aconsejable siempre es mantener esta actitud en el tiempo.

En principio, cada individuo se plantea la cuestión desde su perspectiva, aprovecha sus horas libres para empezar, sin un horario fijo, lo que hace que se abandone pronto; otros deciden empeñarse a tope para verse bien en pocas semanas, pero también suelen fracasar. Y, por su lado, está el perfil de los que comienzan con desmotivación, la cual acaba por devorarlos. Entonces, ¿cómo hacerlo y no fracasar? La respuesta es amplia y tiene muchos matices, pero la primera respuesta sensata es: acude a buenos profesionales. Existen cadenas deportivas en todas las ciudades, y en muchos pueblos también. Si se requieren los servicios de  gimnasios Madrid, además de la amplia oferta de instalaciones, servicios y maquinaria de última generación, hay que fijarse mucho en los entrenadores y asesores deportivos que ejercen en ellos.

Una tabla de ejercicios hecha a medida

La inmensa mayoría de personas no son olímpicas, ni deportistas de élite, ni compiten en ningún torneo, entonces ¿qué sentido tiene castigar las articulaciones y los músculos haciendo ejercicio? De ahí la importancia de contar con un buen entrenador deportivo, que indique pautas lógicas, que se adapte a los propios hábitos del usuario y que la evolución sea constante y progresiva. En este caso, hay centros deportivos que tienen una magnífica plantilla preparada para cumplir con esa función y es ahí donde se debe acudir.

La edad, el peso y las características físicas requieren un estudio previo para validar ejercicios, series, maquinaria y modalidad deportiva que puede ir más acorde para conseguir resultados óptimos, protegiendo siempre y al máximo, el cuerpo del usuario. Esa labor la realizan a la perfección los monitores de las diferentes disciplinas en los gimnasios, y es a ellos, a los que hay que preguntar siempre.

Por cuenta propia, aparte de pequeños estiramientos, caminar a buen ritmo e intentar subir siempre por escaleras no mecánicas, no debería autoimponerse una pauta deportiva más explícita.

Somos lo que comemos y cómo lo comemos

Si el ejercicio físico es importante, no lo es menos una pauta alimentaria sana y equilibrada, rica en vitaminas, fibras y proteínas, sin renunciar a las grasas saludables y, ¿por qué no?, a algún capricho excepcional. Y sí, muchas personas piensan que comer de todo es llevar un equilibrio en la alimentación y se equivocan. No solo depende de lo que se ingiere, sino cómo se ingiere, la cantidad que se ingiere y en los horarios en los que se realiza. Una dieta saludable depende, por supuesto, de muchos parámetros, pero el principal es la persona. No todo el mundo posee las mismas necesidades en la alimentación, y lo que puede ser muy bueno para unos, para otros puede ser perjudicial.

Los nutricionistas lo tienen claro, ¡las dietas milagro no existen! Muchas veces desajustan el hábito alimentario y, para los que tienen sobrepeso, supone una angustia añadida, ya que no solo ven resultados efímeros, sino que estos se esfuman y no parten de la misma base, sino de otra más compleja. Por ese motivo, dieta no es comer menos, sino mejor, evitando aquello que no beneficia en nada, y sabiendo que las licencias son puntuales y deben estar justificadas.

En definitiva, gozar de una buena salud, en gran medida depende de la voluntad individual de cada persona, aunque en cualquier caso, existen personas preparadas a nivel físico y académico para servir como guías en el camino de una vida sana.

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