El manuscrito Voynich, el libro más misterioso (o engañoso) del mundo

Varios siglos han transcurrido y el manuscrito Voynich sigue confundiendo las mentes de todos los que han intentado descifrar sus enmarañadas páginas impresas e ilustradas.

Ni una sola palabra del confuso manuscrito Voynich se conseguido entender en la historia moderna. Nombrado en honor al hombre a quien se vendió en 1912, Wilfrid M. Voynich, el texto del siglo XV (según datación por radiocarbono) contiene matices enigmáticos de alquimia y un lenguaje no identificado entrelazado con ilustraciones científicas extrañas y primitivas.





Por varias décadas, historiadores, lingüistas y descifradores de códigos han trabajado laboriosamente para interpretar los símbolos contenidos en las páginas ancestrales del manuscrito Voynich.

De hecho, su misma naturaleza incomprensible ha llevado a que el manuscrito sea considerado uno de los principales misterios sin resolver del mundo.

Una página del misterioso manuscrito Voynich
Una página del misterioso manuscrito Voynich , que no se ha descifrado hasta el día de hoy.

¿Quién escribió el manuscrito Voynich?

Como comerciante de libros antiguos, Voynich adquirió el misterioso texto de los jesuitas italianos de Villa Mondragone, que necesitaban vender una parte de su impresionante colección de manuscritos para poder restaurar parte de su colegio.

Con su compra, también recibió una carta en la que se detallaban algunos de los propietarios anteriores del texto, todos los cuales vivían a principios del siglo XVII, por lo que sabía que el libro tenía que haber sido escrito antes de esa fecha.

Basado en la información de la carta, Voynich dedujo que el autor podría haber sido el fraile inglés Roger Bacon. Se mantuvo firme en esta teoría, que habría hecho su compra aún más valiosa, ya que Bacon estaba en el centro del intelectualismo europeo. Tiempo después esa idea sería descartada, ya que Bacon estaba muerto para el momento en que ahora se dice fue escrito el manuscrito.

Wilfrid M. Voynich
Wilfrid Michael Voynich en 1885.

Incluso hay quienes creen que el mismo Voynich podría haber escrito el libro, dadas sus habilidades adquiridas al coleccionar libros antiguos.

Escrito con tinta sobre pergamino, el extraño alfabeto utilizado para escribir el manuscrito Voynich no está completamente identificado y tiene pocas similitudes con otros alfabetos. Lo que sí se sabe, sin embargo, es que contiene entre 23 y 40 caracteres.

El manuscrito posee seis secciones temáticas:

  • Una sección botánica, con ilustraciones de distintas hierbas.
  • Una sección astronómica, con dibujos del sol, la luna, las estrellas y los símbolos del zodíaco.
  • Una sección cosmológica, con dibujos de diagramas circulares.
  • Una sección biológica, con dibujos de pequeñas figuras femeninas poblando unos sistemas de tubos que transportan y almacenan líquidos.
  • Una sección farmacéutica, repleta de dibujos de recipientes junto a partes de hierbas (hojas, raíces).
  • Una sección de recetas, compuesta de 300 párrafos cortos acompañados, en su mayor parte, por una pequeña estrella a modo de viñeta.
El manuscrito Voynich
El extraño alfabeto del manuscrito Voynich tiene pocas similitudes con otros alfabetos.

Algunas de las páginas son folios, que se despliegan y tienen marcas en ambos lados. Dependiendo de cómo se cuenten las páginas, hay aproximadamente 240 de ellas, sin tener en cuenta las que parecen faltar.

¿Enigma o engaño?

Las ilustraciones del libro son tan enigmáticas como el texto que las acompaña. De estos dibujos, los expertos infieren que el libro puede ser de naturaleza medicinal o botánica, ya que muestra representaciones de plantas y flores que son sorprendentemente familiares pero que aún no se reconocen como especies modernas.

Además, con graciosos dibujos de mujeres desnudas sosteniendo una estrella y saliendo de extraños recipientes (objetos que parecen ser latas o canastos), uno no alcanza a imaginar lo que podría unir todas esas imágenes.

mujeres desnudas sosteniendo una estrella
“Diminutas mujeres desnudas retozando en las bañeras” – un fragmento de la página 70.

A lo largo de los siglos, el manuscrito de Voynich ha despertado tanto interés como críticas. Respondiendo a quienes han gritado engaño, en un artículo de investigación los doctores Marcello Montemurro y Damian Zanette sugieren que existen patrones complejos, junto con una organización y estructura similar que ocurren en otros idiomas conocidos. En resumen, creen que esto no es solo un galimatías; alguien -o una serie de personas- sabía lo que estaban escribiendo.

Por otra parte, el lingüista e investigador escocés Gordon Rugg propone que el texto que contiene el Manuscrito Voynich no es más que un conjunto de palabras sin sentido que podrían haberse compuesto utilizando una cuadrícula simple, como una «rejilla de Cardano«, un sistema criptográfico con el cual es factible reproducir el sistema trisilábico del voynichés (partícula inicial+media+final) así como otras peculiaridades estadísticas del mismo.

Si alguna vez hubo un llamado a la participación colectiva en Internet, sería este. Hay miles de personas en todo el mundo que miran, teorizan, discuten y, por supuesto, disipan la legitimidad de esta reliquia a diario.

Es posible que nunca obtengamos una idea de los verdaderos orígenes o autor (es) de esta historia fantásticamente adulada y peleada. Lo que sí es cierto es que varios de los mejores y más brillantes científicos del mundo ya se han ido a la tumba sin desentrañar ni un solo fragmento de este criptograma.

Biblioteca Beinecke
Interior de la Biblioteca Beinecke, lugar que actualmente conserva el manuscrito Voynich.

En resumen, aunque sí se han hecho ciertos adelantos al respecto, el manuscrito Voynich no tiene traducción alguna en ningún idioma conocido, ni se ha hallado la clave que haga posible su comprensión, si es que existe.

Tal vez el mayor misterio gráfico que presenta es que parece escrito por una sola mano, con trazo fluido y seguro, letras homogéneas y muy regulares, prácticamente idénticas, sin un solo error, algo extraordinario en un manuscrito.

Ahora bien, si crees tenerlo descifrado en el cerebro, el manuscrito de Voynich lo puedes encontrar en la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos de la Universidad de Yale como MS 408.

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