El misterio desvelado de los ojos azules: ‘No son realmente azules’

Contrario a lo que muchos podrían creer, los ojos azules no poseen un pigmento que les otorga su tonalidad, como sucede con los ojos marrones. En realidad, nos parecen azules debido a su interacción con la luz. En esencia, esta es la base de todos los colores.

¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul; ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía eres tú.

Bécquer refleja tanto con tan pocas palabras en su poema. Son bellas, sin lugar a dudas, aunque hay un detalle que posiblemente no conocía cuando las escribió. En efecto, los ojos azules no son reales. Bueno, en realidad existen, pero no son genuinamente azules.





En cambio, los ojos marrones sí lo son y la razón es bastante sencilla. El iris, que es la parte coloreada del ojo, tiene una gran cantidad de melanina, el mismo pigmento oscuro que se produce en nuestra piel cuando nos exponemos al sol. De ahí que adquieran este color. No obstante, las personas con ojos azules no tienen un pigmento azul en sus ojos. Lo que ocurre es que prácticamente no tienen ninguno.

Por tanto, es la ausencia de pigmento la que nos hace percibir los ojos azules debido a cómo la luz se refleja en ellos. Para comprender esto, también debemos aceptar otra afirmación que podría parecer absurda, pero que nos ayudará a entenderlo mejor.

Los colores no existen

Esto es lo primero que la neurocientífica especializada en visión, Conchi Lillo, suele mencionar en muchas de sus charlas . Se refiere a que, en realidad, los colores no son algo palpable y permanente, sino la forma en que nuestros ojos interpretan la luz que incide en ellos desde los objetos. Por lo tanto, no hay colores sin luz.

En términos generales, cuando la luz incide sobre una superficie, algunas longitudes de onda del espectro electromagnético se absorben y otras se reflejan, llegando a nuestra retina. Allí, se interpretan esas longitudes de onda y se envía al cerebro la señal que finalmente se traducirá en un color. Este dependerá de la composición de los fotorreceptores que poseamos, ya que no todos están especializados en las mismas longitudes de onda.

longitudes de onda de la luz
En esencia, los colores son determinados por nuestra interpretación de las longitudes de onda de luz que son absorbidas o reflejadas.

Cada especie tiene diferentes composiciones de fotorreceptores, incluso puede variar entre individuos de la misma especie. Es por esto que hay animales que ven más colores que otros y, en menor medida, personas que ven más colores que otras.

Todo esto se aplica a los colores en general, pero de cierta manera también está relacionado con los ojos azules.

¿Por qué los ojos azules no son azules?

El iris tiene la función de contraerse o dilatarse para dejar entrar menos o más luz, dependiendo de la iluminación del entorno que nos rodea. Pero también es conocido por ser la parte del ojo que tiene color.

Tiene dos capas. En la capa posterior, llamada epitelio pigmentario, prácticamente todas las personas, incluyendo a las que tienen ojos azules, poseen melanina. Sin embargo, la situación cambia en la capa frontal, llamada estroma. Las personas con ojos marrones tienen una gran cantidad de melanina también en esta capa, pero las de ojos azules prácticamente no tienen nada.

El estroma está compuesto por fibras superpuestas que, si hay melanina, se encuentran más fijas y organizadas. Pero cuando no la hay, se dispersan más por el ojo. Esto provoca que absorban algunas de las longitudes de onda más largas que entran al ojo, haciendo que este se vea azulado.

Es importante aclarar que, aunque esto también tenga que ver con la luz y las longitudes de onda que se absorben, las personas con ojos azules no ven los colores de forma distinta, ya que su composición de fotorreceptores en la retina no es diferente. Estos son los que procesan la luz desde dentro, el color que vemos en el ojo es algo más bien externo.

¿Qué sucede con los ojos verdes?

No todos tienen los ojos azules o marrones. Hay quienes los tienen en otros tonos, como el verde. Esto sucede cuando en el estroma hay solo un poco de melanina, en lugar de mucha, como en los ojos marrones, o nada, como en los azules. Además, puede haber diferentes concentraciones de otro pigmento, llamado lipocromo, que también influye en la tonalidad.

Finalmente, no podemos olvidar el caso de los bebés . En general, estos nacen con ojos claros, pero con el tiempo desarrollan un tono diferente. Esto se debe a que todos nacen con poca melanina en el estroma, pero poco a poco se va produciendo más y da lugar a un color más definido cuando son mayores.

En resumen, el color es luz. Todos hemos escuchado a alguien decir que su color de ojos depende de cómo les incida la luz. Tiene mucho sentido, pues esta es la responsable de cómo vemos el iris. De hecho, sin ella, no veríamos ni eso ni nada más.

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