Cómo tus ojos podrían revelar si estás en riesgo de muerte prematura

¡Una mirada reveladora!

En el futuro, una inspección breve y sin molestias del ojo humano podría ser una herramienta útil para los profesionales médicos en la detección de individuos que experimentan un envejecimiento acelerado y, por ende, enfrentan un mayor riesgo de fallecimiento prematuro.





Es evidente que el proceso de envejecimiento afecta a todos de alguna manera, pero es importante destacar que dos personas con la misma edad cronológica pueden experimentar un deterioro físico a ritmos diferentes.

Observar detenidamente los ojos de un individuo podría representar un método considerablemente más efectivo para determinar su edad biológica real, lo que a su vez podría ofrecer información sobre la salud futura de los pacientes.

En el año 2022, científicos dieron a conocer un modelo de inteligencia artificial que había sido entrenado para predecir la esperanza de vida de una persona simplemente analizando su retina, que es el tejido ubicado en la parte posterior del ojo.

Este algoritmo muestra una precisión tal que fue capaz de pronosticar la edad de casi 47.000 adultos de mediana edad y mayores en el Reino Unido en un lapso de 3,5 años.

Poco más de diez años después de escanear estas retinas, se registró el fallecimiento de 1.871 individuos, y aquellos cuyas retinas mostraban un aspecto más envejecido tenían una mayor probabilidad de pertenecer a este grupo.

Por ejemplo, si el algoritmo predecía que la retina de alguien era un año más antigua que su edad real, su riesgo de fallecimiento por cualquier causa en los próximos 11 años aumentaba en un 2 por ciento. Además, su riesgo de fallecer por causas distintas a enfermedades cardiovasculares o cáncer aumentaba en un 3 por ciento.

Es importante señalar que estos hallazgos son completamente observacionales, lo que implica que aún no se comprende qué está impulsando esta relación a nivel biológico.

No obstante, los resultados respaldan la creciente evidencia de que la retina es extremadamente sensible a los efectos del envejecimiento. Dado que este tejido visible contiene tanto vasos sanguíneos como nervios, podría proporcionar información crucial sobre la salud vascular y cerebral de un individuo.

Investigaciones previas han insinuado que las células en la parte posterior del ojo humano podrían ayudarnos a anticipar la aparición de enfermedades cardiovasculares, enfermedades renales y otros signos de envejecimiento. Sin embargo, este estudio fue el primero en presentar la «diferencia de edad de la retina» como un predictor sólido de mortalidad en general.

Como afirmaron los autores en su estudio:

La fuerte asociación entre la diferencia de edad de la retina y la mortalidad no cardiovascular ni por cáncer, junto con la creciente evidencia de la conexión entre el ojo y el cerebro, puede respaldar la idea de que la retina sirve como una ‘ventana’ a las enfermedades neurológicas.

Dado que solo 20 personas en el estudio fallecieron debido a demencia, los autores no pudieron establecer una conexión directa entre este trastorno cerebral específico y la salud de la retina.

Asimismo, los autores destacan que las muertes relacionadas con enfermedades cardiovasculares han mostrado una disminución en los últimos años, gracias a los avances médicos que han logrado prevenir eventos que anteriormente podrían haber sido fatales.

Esto indica que la salud de la retina aún podría desempeñar un papel crucial en la evaluación de la salud cardiovascular, a pesar de no estar directamente relacionada con la mortalidad cardiovascular.

Investigaciones anteriores han demostrado , por ejemplo, que las imágenes de la retina pueden ser útiles para predecir factores de riesgo cardiovascular.

Según concluyen los autores:

Este estudio respalda la hipótesis de que la retina tiene un papel significativo en el proceso de envejecimiento y es susceptible a los daños acumulativos asociados con el envejecimiento, lo que aumenta el riesgo de mortalidad.

Existen otros predictores de la edad biológica, como la neuroimagen, el reloj de metilación del ADN y el reloj de envejecimiento del transcriptoma, que no parecen ser tan precisos como la diferencia de edad de la retina. Además, estos métodos pueden resultar costosos, lentos e invasivos.

Por otro lado, el escaneo de la retina se puede realizar fácilmente en menos de cinco minutos. Si logramos comprender mejor cómo esta capa de tejido está relacionada con el resto del cuerpo, los médicos podrían contar con una nueva herramienta valiosa.

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